Olla Ferroviaria

‘Olla Ferroviaria’

Las ollas ferroviarias son un guiso tradicional cántabro relacionado con la industria del ferrocarril, en el que se utiliza un artilugio (olla) especialmente creada para esta práctica.

Originariamente, los maquinistas y fogoneros del ferrocarril de la línea La Robla- Mataporquera utilizaban, para cocinar, el vapor de la locomotora a una olla común para cocer la comida o calentar un guiso ya preparado. Más tarde, la práctica se extendió a guardafrenos y jefes de tren que, en vez de vapor de la locomotora, utilizaban carbón vegetal.  Conforme la práctica se extendía entre los empleados ferroviarios, en 1915 el jefe del taller La Hojalatería, Esteban García Martínez, creó la olla ferroviaria. 

El artilugio consiste en una cazuela de barro o porcelana con tapadera y un collarín que abraza la parte superior para crear dos asas metálicas. La cazuela de barro se introduce en un segundo cuerpo cilíndrico con patas, esta vez metálico, en el que se albergaba el carbón vegetal. Una serie de perforaciones en la cara inferior y superior permiten una circulación de aire similar al de una chimenea, ayudando a la vez a la evacuación de cenizas. La cocción lenta y a temperatura constante del artilugio permite crear guisos con muchos matices culinarios.

En la actualidad, las ollas ferroviarias son un guiso popular extendido entre toda la población, realizado en fiestas y eventos populares. Específicamente en la comarca de Campoo- Los Valles, el guiso se prepara con carne de ternera y patatas, aunque hay más variantes: legumbre con patatas,  patatas con congrio, patatas con rabo de toro, garbanzos con chon, garbanzos con bacalao, alubia blanca con almejas o alubia pinta con chon.