Salto pasiego

‘Salto pasiego’

Es un deporte rural tradicional de los pasiegos. El uso del palo pasiego, vinculado estrechamente a la comunidad pasiega, se conformó entre los siglos XVI y XVIII, a partir de la ocupación pastoril de las alturas y bajuras que se extienden entre los puertos de El Escudo y los Tornos. Este palo servía antiguamente para desplazarse el pasiego por los lugares del entorno de sus cabañas. Los Valles Pasiegos, son de difícil orografía y adversas condiciones climáticas, motivo por el  que el palo pasiego se convirtiera en un distintivo muy particular y necesario que constituía un excelente medio de locomoción en su marco físico, sin el que no se entendería el uso del palo. El palo, además, servía como arma de defensa, se utilizaba para rendir pleitesía en celebraciones, tanto religiosas como civiles y se empleaba, incluso, para el cortejo y en las romerías, en concursos de competitividad y habilidad

Hay varias modalidades de juego, las más conocidas son:

• Salto pasiego: El saltador coge el palo como si fuese una pértiga, coge carrerilla y apoya el palo sobre la línea de salto sin rebasarla, y se impulsa para dar una salto lo más grande posible. El jugador que más lejos apoye los pies desde la línea de salto es el ganador.
• Mudar el palo: El jugador agarra el palo por un extremo con la mano dominante y la otra la lleva 50cm más abajo, igual que en el salto pasiego. Después coge carrerilla, apoya el palo en la línea de salida e intenta conseguir un ángulo de 90º respecto al suelo para luego impulsarse hacia arriba y dar un salto despegando el palo del suelo, dando pequeños brincos o mudas. El objetivo es realizar tantas mudas como sea posible y avanzar la mayor distancia permitida. 
• Rayar el palo: El objetivo de esta modalidad es colocar una moneda lo más lejos posible del palo. El jugador inca el palo en un punto y lo coge con la mano dominante a la altura del pecho. Después, sin mover los pies del sitio, baja el cuerpo, se coloca en posición horizontal y apoya la moneda en el suelo, lo más lejos posible del palo. Finalmente se incorpora, sin apoyar el cuerpo en el suelo ni desplazar el palo.

Está considerado desde 2015 como Bien de Interés local Etnográfico Inmaterial

Fuente: Turismo de Cantabria